sábado, 16 de octubre de 2010

Pasado

La misma vieja sensación, aquí, atorada en la garganta. Conteniendo lágrimas que brotarían desde el rubí enojo, lágrimas que danzarían sobre mis mejillas hasta llegar a ese vacío, lugar donde se confundirían entre sentimientos equívocos. De forma distinta, aunque la profundidad es esa que casi extrañaba al recordar las tardes donde las dudas se hacían como un torbellino en mi cabeza. No se necesita fingir; mover rápido las pestañas de un lado a otro, adoptando una posición que provocaría a otra y otra, tal cadena infinita.
Había olvidado lo que se sentía, esa piedra entre las manos que dañaba los dedos sudados de impotencia. Había olvidado lo catastrófico de una frase que se imponía en los sueños... Que detenía la consciencia, enfriaba el latido y sostenía la llamada inseguridad.
De luz y sombras, pensamientos desordenados que conducían al sitio de la calma. Momento que hacía imaginar una vida de colores, lo que estaba lejano y encerrado bajo miles de llaves.

lunes, 16 de agosto de 2010

Silencios sin vacíos

T a n p r e c i s o como tranquilo, silencio. Extenso o estrecho, condición de fugacidad que alimenta una paz. Me acomoda, su serenidad me conmueve y asusta por su vil dicotomía que actúa como un monstruo.

Vacíos en cambio son distancia. Distancia como lejanía, espacios incompletos de color y sensación. No son llenados por silencio, ya que dicha condición responde a la afabilidad de la cotidianidad. Como condición, nivel o estado; agrado. Pausadamente se atrae a la conversación, imaginada con gran admiración.


Silencio me atrapas, me cojes y me guías. Vacío no hay, signo positivo. Me gustaría llegar al fondo, a la esencia perdida y destruída, a ese lugar que cuesta observar. Más allá de la razón, está el silencio. Atesorado así, brillará. Pues si no existen vacíos, existe aquel imaginario puente construido de pensamientos e invisibles, con un poco de solidez. A través de vacíos podré conectar, conectarlos, conectarme. El silencio será la llave, mi llave. Mi camino, mi opción... mi verdad. Verdad de silencios, ilógico ¿debería importar(me)? ¡Al carajo! Mi razón falseadora, es mi verdad. Mi silencio excento de vacíos, es mi verdad. Mi verdad está aquí...querida realidad, sin desdeño.

sábado, 31 de julio de 2010

Sí, no es un error

Alma vacía, corazón en sequía. Sonrisa inquieta, palabra escueta. Baños de ilusión, calmaron esa presión, que parecía tranquila cuando estaba dormida. Sin confianza confiando su confiabilidad, ¿cómo puede tal aberrocidad? Mmm...llegó de costado, sin pensar estar a su lado. Apareció de la nada, esa nada como algo. Algo que partió pequeñito para convertirse en el mejor secreto. Ya no quería sólo palabras, necesitaba alabanzas. Halagos reiterativos que hacían temblar hasta la esencia desconocida. Universo gigante, parecía mutante. Esperaba expectante aquel fuego primaveral, que encendió el sol y floreció las multicolor.
Entrelazados y unidos, fuertes. Cuatro luces, dos caminos. Uno grande y devastador, otro más frágil y delicado.

No es

Fue una noche, una noche estrellada. Creí estar feliz, ya que todo resultó como pensé aunque jamás lo acepté. Me desplazé rápidamente, de un lugar a otro al sol de mis latidos. Mi expresión no era como hubiese gustado estar, pero estaba y era lo importante. Obsequios por aquí y por allá. Sorpresas, palabras dulces, sonrisas acogedoras. Sabía que era efímero, por eso disfruté del instante. Había planeado aquel momento. No le dejé de pensar ni un torpe segundo, estaba muy ansiosa como la niña que era. Mi sonrisa resplandecía el rostro que invitaba a una conversación, precisa situación que no anhelé, porque ya la atesoré. Quería ir más allá, aún cuando desconocía ese lugar. Cada dedo temblaba por sí solo, la mano sudaba y la cabeza atormentaba. Quería llegar más allá, veía todo como un retraso.
Mis pies se clavaron allí, enredados entre el musgo húmedo por la suave llovizna de anochecer. La sangre se detuvo y el corazón desquició. Tomé aire y miré el cielo, tan bonito y bordado de pequeñas luces. Un pie tras otro me condujeron. Me detuve, hablé y contemplé. Seguí. La excusa perfecta asomó a mi oír. Seguí. Me aconsejaron decir lo que atrapaba mi aire, nervios. Nervios en el estómago que hicieron soñar. Soñar con lo que daba vida, con eso que quería y no decía. Me pareció escuchar ese tiembre una eternidad, nervios otra vez. ¿Qué puedo hacer?, pensé. Como las agujas del reloj sentí los pasos del error. Atada a la ilusión, seguí clavando a mi corazón. Pasos por aquí, pasos por allá, ¿sería mi camino..? No...no es.

sábado, 24 de julio de 2010

¿Vida?

El sol oscureció, el crespúsculo llegó, ¿dónde está mi amor?

Busco entre las tinieblas ese color, me sumerjo entre las nubes, respiro de tu aroma, ¿dónde está mi amor?

Mi piel es el camino, tus manos el asesino, ¿dónde está mi amor?

Débil como una flor, esa flor de primavera, yo te miro y quiero verte, ¿dónde está mi amor?

Silencio entre gritos, un nudillo traba el habla, contemplando los recuerdos, ¿dónde está mi amor?

Cada sitio está cubierto, los detalles tienen nombre, una pizca de remordimiento, ¿dónde está mi amor?

Los segundos son verdugos, tal cual aquel ese cubierto del lúgubre manto, ¿dónde estás, mi amor?


Añorado y atesorado, tenerte, quiero...

viernes, 25 de junio de 2010

No sé

El cielo estaba más azulado que ningún otro día de invierno, ya que el amanecer quedó hasta el atardecer. Fue algo primaveral en medio de la estación más oscura de todo un año, pero parece que los rayos... no llegaron a mí. A cambio la lluvia recorrió mi piel. Tan dulce como una frutilla, danzaron sobre mis mejillas, una tras otra para perderse en aquel lunar y derretirse hasta más abajo. Más abajo condujeron a la pena que es como una caja de recuerdos, tiene todo guardado en su lugar correspondiente, para que con un pequeño estatillo rompa el alma.
Lluvia que te fuiste, a mi corazón volviste. Mojaste y humedeciste hasta la piedra hecha razón. No me gusta esa sensación, necesito menos presión. No querer seguir así, pienso. ¿Pienso..? ¿qué es pensar? ¿imaginar y recordar? ¿crear y adivinar? Vaya quién sabrá, vaya quién conocerá.
Escudos me protegen del salvajisto hecho humano. Engaña con juego de apariencias que hasta yo caígo en mis redes. Lluvia inundaste mi corazón, no te vas hasta verme caer. No entiendo aquel cuchillo, que se introduce en mi sentir, suavemente. Se introduce y apreta hasta sufrir, hasta la cabeza perder. No entiendo. Me equivoco, lo sé. Nunca tendré razón, pero ¿quién dijo que yo la quería? Vivir de la mentira, te acomoda. No entiendo. Ilusa soy, ingenua también. Quiero ser feliz, aunque sé que viene en pedacitos. No quiero sufrir demás, no quiero dejar de ser joven, no quiero enredarme en mis pensamientos, no quiero mirar a mi sombra y asentir porque sí. Vida... mi vida. Yo quiero construirla, aunque sea a base de narcicismo.

domingo, 20 de junio de 2010

Gotitas de lluvia


El cielo está lúgrubre y mis manos frías como la noche. Miro el movimiento de las nubes y me asombro por tales figuras que forma. Diviso un conejo gigante que se devora una frutilla roja, parece que tenía apetito. No hay color, pero mi imaginación vuela al son de una canción. Me encantan las estrellas, no las veo, pero las siento aquí adentro. Un día dije que serían como mis ojos, que te seguirán por donde quiera que vayas y nunca nunca te abandonarán. Demasiada utopía, he pensado al recordar...aunque, ¿por qué no podría ser cierto? Al fin y al cabo, yo sé que hago con mi oscuro par.
Ventolera arraza con mil y una hoja que cuelgan de los arbolillos, ventolera se lleva flores y caracoles que adornaron la primavera. Caen lágrimas de arriba, comienza la lluvia. Débil al principio, rápida y multiplicada al paso de unos minutos. Los paraguas nada pueden hacer para combatir tal imprudencia natural, se escapan, rompen y ruedan por las calles empapadas. Nada se puede hacer contra la autoridad. Sólo puedo soñar en desenvolverme como un capullo con el resplandor de testigo, creer y confiar en que hay algo más allá. Instantes congelados dan paso a la más hermosa película que aunque intente no ver más, la ansiedad consume con su mal.
Gotitas de lluvia en mi cabeza humedecen el sentimiento, se resbala en el corazón por la inquietante voz. Gotitas de lluvia en mis días, se fugan, aparecen y retornan, escapan, corren y se tranquilizan...Gotitas de lluvia en mi vida amanecen ante ese trozo ciego de magia y encanto.

viernes, 9 de abril de 2010

Piropos


No importa la edad, tamaño, contextura ni medidas anatómicas. La belleza es intrascendente para los muchas veces odiados "señores de la construcción". Cualquier trabajillo de la ciudad necesita de ellos, y también, cualquier señorita de la ciudad será chequeda por ellos.

La fila del banco era interminable, y a pesar de ser otoño, el sol estaba pegando fuerte. La gente camina apresurada, hace calor. Y es por eso, la tónica de hoy ha sido sacarse un poquito la ropa, mostrar brazos y piernas para capear la mañana. Hay de todo: gordotas, gorditas, flacas, raquíticas y más. Lucen gafas vistosas y carteras con innovadores diseños. La verdad, da lo mismo. Parece que solo yo me doy cuenta de ese detalle. Digo así, porque post terremoto las calles se tienen que arreglar, así que los "trabajadores de la contru" están a la orden del día.

Todas las que salen de esas gigantonas filas son piropeadas. Desde las rellenitas a las desnutridas, fíjese. Caminan con aire de indiferencia, pero por dentro arden en enojo, o bien, mueren de risa. No existe mujer que se pueda dar el lujo de negar haber sido víctima de uno que otro piropo. En primer lugar, se debe reconocer que algunos piropos son medios subidos de tono, más osados y atrevidos. Sin embargo, también hay otros que rosan en la inocencia; si hasta dan ganas de ir y apretar las mejillas de aquel sudado hombrecito. Las féminas mayorcitas gozan con esto; algunas están separadas o viudas, entonces, el piropo se convierte en una especie de subida de ánimo... porque igual se recibe bien que la halaguen a una. Las más jovencitas nos aburrimos de esta situación. Es desagradable que una tropa de caballeros comente y murmulle cuando te volteas. Obvio, resulta al borde de la asquerosidad misma. Pero, bueno, como dicen por ahí "¿qué se le va a hacer?", sea como sea, esto siempre va a existir. Mejor, optar tomarlo con humor, aunque, claro, hacerse la desentendida hasta el final. Eso sí, esto no quiere decir que alguna vez llegue odiosa a casa, porque un viejo verde me miraba con cara de sicópata.

martes, 30 de marzo de 2010

Masoquismo

Sólo cuatro letras hacen de una palabra un verdadero jeroglífico. Indescifrable para muchos, para otros, única sensación del más dulce bienestar. Y para otro tanto de señoritas, no representa más que decepción y tristeza. Por la más mínima discusión, dramatismo al por mayor. "Es que no puedo vivir sin él, es el aire que respiro y la razón de mi existir". Yo me río.
Sufridas hay en todos lados, hipocondriacas también. Siendo sincera, no me sorprenden las señoritas enamoradísas que se esmeran por conseguir un inalcanzable amor que nunca las amará, porque cuando es así, existe reprocidad. La reprocidad no es equivalente a un ramillete de palabras rellenas de adornos, sino que apunta hacia la acción, el comportamiento y el reconocimiento frente a los demás. Sí, son bonitas las letras juntas con sentido, pero están muertas si solo quedan plasmadas sobre un papel. La juventud se debe disfrutar, no recostarse sobre una cama para llorar por un alguien no correspondido. Y cuando digo así, no quiere decir que ese alguien no demuestre signos de interés como un beso o un abrazo, ya que dependerá de la personal significación que se le otorgue. Para un típico y cómún hombrecito, un beso es cuando dos labios se acarician y revolotean entre ellos sin cesar. En cambio para la susceptibilidad, un beso es acto de amor.
No me gustan las sufridas, menos ver señoritas destrozadas por jovencitos inmaduros. "Estoy enamorada", dicen, pero ¿cómo enamorarse así? ¿si es lo mismo que una pared? No entiendo. Perdonan, y vuelven a lo mismo... el sufrimiento. ¿Cómo humillarse tanto si no es lo único en el mundo? No entiendo, ni nunca entenderé. No concibo aceptar arrastrarse tanto por un amor, sacrificar hasta lo más íntimo por un amor, que más encima no lo es... sino que solo lo parece.
¿Es tan razonable sufrir por alguien? ¿ O es que seguirán escudándose que es sentimiento y ahí no cabe razón? Basurilla, creo yo. Nada más que eso. Si se ama es para estar bien, sin problemas ni preocupaciones. Primero, se debe valorar, luego así podrá saber si es capaz de amar a otro, y claro, dejarse amar. Forzar es lo peor... se debe ser realista. La cosa es si o no. Basta de intermedios. Mírese, y hasta a usted le dará pena. Y no es que sea tan mala onda, pero no se deje engañar. Masoquismo innecesario.

domingo, 28 de marzo de 2010

Es así




Mis medidas no son extravagantes, menos esculturales. Mi cara tiene poros y a veces espinillas. Mi pelo no es tan sedoso como me gustaría, es tan voluminoso que cuando no me preocupo por el parezco una verdadera leona asesina. Soy pequeña, se me asoman rollitos y no muy bien dotada. Mis piernas son cortas, mis manos diminutas. Mi piel es natural, ya que no me gustan las cremas, odio esa gruesa capa brillante. No me gustan mis mejillas, demasiado gordotas. No tengo vista envidiable, debo achicar los ojos para leer a distancia. Mi nariz no es respingada, delgada ni de hermoso perfil. Es redonda, muy chica. Tengo un lunar en el cuello, me gusta, pero ni se ve. Pues entonces, lo físico no es mi fuerte, aunque debo confesar que soy algo pretenciosa. No lo acepto, pero siempre observo si me puedo ver reflejada en algo. Arreglo y ordeno mi pelo, sin embargo, termino desencantada y con una actitud de enojo; no me conformo. Tampoco hago mucho para encantarme nuevamente. Algo floja y torpe, adoro caminar por mi casa con pantalones anchos y viejos, me agrada no adornarme y esconderme como un ermitaño. Sensación de relajo, ¡esas sí que son vacaciones!, pienso. Ratifico, lo físico no es mi mejor cara.

Mi mamá dice que me ponga aros de oro, que me vista con colores claros, preferentemente, rosas. Dice que me siente bien y camine derecha. Que use una de estas tantas pulseritas de plata que me han regalado, cuelgue un pendiente de mi cuello, y use los anillos que amorosamente me ha obsequiado. Quiere que no exponga de manera tan apasionada mi oposición en charlas familiares, que sea más delicada y no tan "manitos de acha". Soy su única hija, le gusta que sea femenina, admira que defienda mis derechos, los derechos como joven. Eso sí, me advierte que sea cuidadosa, hable con calma y nunca deje de sonreír. Lo que no quiere decir, que sea una loca suelta de patio, como en ocasiones lo soy. Cuando analizo y pienso tonterías, llora de risa. Le divierte. Me consiente como a nadie. Me habla de la vida, me cuenta sus problemas. Es mi consejera, aunque ni ella esté consciente de aquello. Quizás, no me enmarco en un prototipo, tal vez rompa con estereotipos para ella. Aún así, me gusta como soy. No soy perfecta, pero me encanta ser imperfecta. Si puediera ser una antitodo, lo sería. Cuando digo y regalo palabras son desde lo más profundo. Pesadita y terca. Mañosa con tinte de atrevimiento. Quiero ser así, como un conglomerado de ideas y enseñanzas. Observo a los montones, no quiero ser un animalito más del sistema. No sé si me resulta, ni menos si hago el intento. Sólo dejarme llevar por lo que creo, por mi propio juicio. No me empeño por romper las reglas, las acato y cumplo. Creo que la virtud es necesariamente aplicable en sociedad para una buena convivencia. Prudencia... es la que más me gusta y ahí sí que soy tenaz para incoporarla y hacerla parte de mí.
Quiero inventar letras, palabras y estupideces. Todo esto puede ser una tontería. Para mí, no. Vivir de la fugacidad de los momentos; una hippie antihippie, una loca sin remedio, una niña angelical, una mujer centrada, una mente activa, una señora joven, una abuela testaruda. Como sea, cada convicción es un acto y dicho, cada convicción es reflejo de lo que soy. Prefiero lo interior a que lo exterior, no es cliché. Prefiero conversar y reír, antes que una noche de juerga y desenfreno. Prefiero seguir mis gustos, aun cuando sean horrosos y out en temas de moda. Aunque ya no sean moda, y en cuanto a apariencia, atroz. Me río inoportunamente, entre nerviosismo y ansiedad. Buen punto, ansiedad. Realmente, me come esa maldita cosa. Me desespero cuando quiero algo y no sale, o cuando salió y yo no quería. Cuando anuncian que dirán algo y no lo hacen, curiosidad podría llamarlo también. No es que salga escoba en mano a copuchentear con las vecinillas, no es eso. Tampoco que me refugie entre las cortinas de las ventanas para estar atenta a cualquier paso ajeno. No me pronuncio en ello, es más, me entretengo escuchando a cada señora cómo cuenta un rumorcillo loco. No quiero juzgar, quiero aceptar y compartir el mundo con quien piense lo contrario. Si bien, la crítica me atrae. Entre más perversa, mejor. La diversidad me agrada, no excluyo. Y no son meras palabras, es accionar. Cuando me defino, me entiendo, y cuando no me defino, no puedo entenderme, señalé una vez. Ocasionalmente, nado en enredos existenciales que hacen analizar hasta un granito de arena. Baja autoestima me han dicho, opto por la inseguridad.


Las decisiones son un paso-un cambio- pero, tambaleo siglos para tomar alguna. Pensaba que pensando podría no pensar, pienso que ese pensamiento es pensable, lo llevo acabo. Más que cambio, prefiero llamarle crecimiento, aunque psicológicamente sería proceso de madurez. No me molesta ser un lego, lo que sí me molestaría es que esas ganas de aprender se alejen. No sé si lo hago bien o mal, no sé si alguien desconocido podrá entenderme, no sé si soy más de lo mismo, o bien, una niña aún. El camino pudo haber estado repletísimo de vallas, de innumerables obstáculos y miles de agujeros. Entre caída y caída, se aprende, pues. Entre caída y lágrimas, se olvida y deja atrás lo que ya no agrada. Entre caída y sudor, se desliza el sentimiento irreconocible. Entre una caída y un levantamiento, observo las estrellas desde otra perspectiva. Mis ojos son los mismos, la mirada distinta. Me quiero y me quiero, tanto por el valor que yo le doy, como el que otro le da. Y aunque antes pataleaba contra el mismísimo cielo, me gusta ser chica. Soy tan pequeñita como una pepita de ají, pero tengo el corazón grande para quererte a ti.

viernes, 26 de marzo de 2010

Científicos made in Chile


Si la certeza y verdad es escasa, no existe información, por lo tanto, cada vez que ocurre algún hecho del cual se desconoce su génesis y causas, se especula. Ahora más bien, si aquel hecho involucra a toda la comunidad, y mucho más que eso, a un país por completo. La noticia del momento, sigue siendo el terremoto y tsunami que azotó las costas chilenas. Es tema tanto en la sociedad como en los medios de comunicación, es tema en la conversación diaria. Por eso, últimamente, conozco una cantidad de meteorólogos, sismólogos, geógrafos y hasta Shoas y Onemis personificadas... llámelo extraño, impresionante y hasta chistoso, si quiere.
Par de días atrás, acompañé a mi mamá al ginecólogo. Una vez dentro de la consulta, los rostros femeninos no dejaban de conversar y mirar con tal sorpresa, que daba curiosidad. Me senté en un cómodo sofá, abrí los oídos, y me dejé llevar por la conversación ajena.La verdad, no hize un esfuerzo, ya que lo hacían de manera muy elevada. Me hacía la indiferente, pero de todas formas, me concentré en el grupo más pequeño... eran tres señoras; arregladitas y medias siúticas, no obstante, con aire de simpatía. Me costó involucrarme en sus palabras entrecruzadas, parecían un puzzle, algo tan abstracto que era casi ininteligible. A pesar de eso, intenté sumergirme hasta que logré encontrar sentido y rumbo a lo que se decía. Como supuse, la temática era el terremoto y sus consecuencias. Ellas relataban su experiencia ante la inmensa catástrofe. Una del trío-que se veía bastante mayor- señaló enfática, con un leve toque apocalíptico, que esto no era más que el fin de los tiempos. Dijo que el hombre ha destruído tanto la naturaleza, que ésta se enojó y respondió con furia. La señora que se encontraba al centro - aparentemente, la más joven- la miró con cara de desacuerdo ante la hipótesis planteada. "Yo creo que este no es el fin de los tiempos, Dios nos está dando una lección para que valoremos más lo que tenemos. Mi casita es chiquitita, pero bien acojedora. No le pasó nada con esta cosa que parecía batidora", dijo. Además, explicó su teoría científica con argumentos ligados al cristianismo católico. Ambas señoras iniciaron entonces un debate que no parecía así, porque hablaba cada una por su lado. A pesar de ello, no eran las únicas que conversaban sobre aquella madrugada. Más al ladito, se encontraba una señora silenciosa que las observaba con una leve sonrisa. Ella no emitía juicio, hasta que claro, vaya lo que dijo: " son cosas que pasan, la naturaleza actúa cuando quiere, son cosas no más. No hay que asustarse, si va a pasar algo, va a pasasr". Las otras, miraron con cara de no querer entender y analizar su postura, por eso siguieron con su extensa charla. Bastante cuerda, pensé, en mi momentaneo aposento.
Innumerables hipótesis y teorías pueden desprenderse al respecto, sin embargo, es mejor guiarse por la que cada uno crea es la correcta. Admiro a quienes tienen fe y confían en las enseñanzas de su religión. Admiro a quienes se apoyan en la tecnología para encontrar innovadoras soluciones. Yo me quedo con la opinión final. Son cosas que suceden, que no me asustan, pero sí, hacen abrir más aún mis ojos para reconocer lo que tengo alrededor. Saber lo que tengo, valorar lo que tengo, atesorar lo que tengo; quererlo. Vaya qué materia prima tenemos, porque la cantidad de científicos anónimos me dejan anonadada. Se rumorea por todas partes, la especulación e histeria colectiva es cosa diaria. Pero bien, con planteamientos ciéntíficos... allá tú.

martes, 23 de marzo de 2010

Fantástica superioridad

" Bueno, bueno, tú eres el mejor, ¿contento?"

Es lamentable, aunque muy cierto. Aún quedan huellas de ese tonto machismo. Sí, y no lo digo porque crea ser femninista sin causa, sino más bien, debido a que lo percibo. Médicamente, creo no estar loca, solo realista con manchas de defensa. Realmente, me desagrada cuando un señor intenta "marcar terreno", adoptando actitudes de superioridad. O bien, cuando catalogan a nuestro sexo solo por superficialidades. "Mira que es tonta", "¿cómo no vas a entender?" y más, son las recurrentes frasecillas que oímos de ellos, los machos del sistema. Y creen que es verdad, juran que son intocablemente superiores a nosotras, que son más inteligentes, no tan llorones ni exagerados. Todo porque en la mayoría de los casos, son el sustento económico de la familia. Puro cuento, no más. Mejor, mírese primero,y después critique al otro género. Si son muy exigentes... quieren fidelidad, compañía, comprensión, amor, y para sumarle, belleza. ¡Já!, ¿no le gustaría otra cosita, caballero?

Podríamos pasar horas y horas discutiendo y analizando el tema, por eso recomiendo asentir con la cabeza, dejarlos soñar y cuando se volteen, lanzar la carcajada más grande de toda la historia... dígame si no sería gracioso, si al fin y al cabo, como dicen, la risa es buena para el alma. Así que no se preocupe, será positivo para usted.

sábado, 20 de marzo de 2010

La Tierra se mueve


Desde aquella irreal madrugada del sábado 27 las semanas han sido desiquilibradas, los días extraños y la gente se desconoce. Tal vez no sea tan necesario describir como la naturaleza sucumbió a nuestro país, nuestra gente. Y no me gustó lo que dije, parece un discursillo político, pero nada nada que ver. A veces es como si me gustara la política, otras, no. No me gustan las propuestas, quizás me desencanta esa maldita e inútil retórica. Me gusta la acción acompañada de la obra; el concretismo. Y si me guío por eso, lamentablemente, no me gusta la política. Eso sí, me esfuerzo para que me guste. Si no te gusta, no eres mucho como ser "social", aunque la verdad, tengo mis dudas al respecto. La sociedad necesita normas, aunque las normas las pones tú. Mi tú y él ajeno tú, hacemos un nosotros. Ese nosotros que se circunscribe a la comunicación. A ver, pero yo no quería hablar de eso...

La Tierra se mueve, se movió y seguira moviéndose, quien sabe cuanto tiempo más. Este panorama no me parece tan apocalíptico, a pesar de todo, confío en la naturaleza. Me agrada, es hermosa, y siempre, me sorprende. No quiero parecer egoísta, tampoco populista, pero esta nueva sensación, también tiene su lado amable.

lunes, 8 de marzo de 2010

Ser mujer


Tengo 19 años y soy mujer, claro, a veces tengo el típico dilema adolescente-entre niña o mujer- pero son cosas que pasan. Más allá de mi dilema, físicamente, lo soy. Tengo todo para serlo y para que cuando camine por la calle, me reconozcan como tal. Me gusta serlo. Me encanta defender a mi extensa tropa; resaltar nuestras habilidades, discutir con la oposición. No soy feminista, aunque me atrae la causa. No soy machista, aunque está casi en el ADN del país. Como dice el primer Artículo de la Constitución :" todos somos libres", pues cualquier práctica que atente contra el desenvolvimiento de la mujer, puede ser condenado. No especifíca el género, entonces más bien hay razón. A pesar de ser argumento repetido, siempre será válido... muy válido.
Porque lo mejor y más bonito del género es la capacidad de procrear. Podemos decir que somos únicas en nuestra especie, y nadie, absolutamente nadie, puede decir lo contrario. Anhelo algún día poder gozar de tal dicha, ¡prometo ser madre y gritarlo a los cuatro vientos! Si es que llegase a serlo, escribiré un diario, sí, para que el querubín que lleve en mi interior sepa cuan esperado fue. Dejarle recuerdo escrito de cada mes que latía en mi vientre, todo para que dimensione como eran mis ansias... vaya, ¡qué imaginación! Sé que algún día podré contar, detallar y explicar todo el camino a ser madre. Ahora no es el tiempo, por cierto. Primero, debo aceptar que soy mujer, debo pasar el dilema que comenté-y por supuesto aceptar mi condición por completo- para que así pueda transmitir y entregar todo el amor que tengo guardado. Es enorme; lo siento, lo creo y eso que soy una mujer sin intuición... pero, eso lo dejaré para otra ocasión.

sábado, 20 de febrero de 2010

Un más con medida

Si pretendo querer todo, soy inmadura.

Es por ignorancia o por querer entregar con límites, pero no tengo las palabras precisas para describir de manera adecuada. Como si mis ojos nunca hubiesen observado tales situaciones, nunca había estado frente a esto, a este algo que conmueve, me agrada, fascina y también, atrapa. Prejuiciosamente, suelo criticar sin fundamentos; me dejo llevar por la intuición o por la experiencia ajena, ella que he incorporado tanto como mía. Se me olvidó lo que no gustó, aunque recuerdo bien esa perfecta sensación para caminar insegura.

No me gusta

Si odio algo, son los recuerdos. No me agrada repasar por mi cabeza tantas desilusiones que no hacen más que tambalear. Sé que no es tan así, lucho por eso. La verdad, soy libre...y feliz. Parece haber encontrado a ese alguien que me llena, que consume todo de mí, que valora y por sobre todo, quiere. Jamás había escuchado esas diarias hermosas palabras, esas que si las repiten, emocionan. Esas que pueden ser una, y es lo mejor. Esas que no se entregan a lo primero que pase por delante. Esas verdaderas, que cree y confío de ellas.

Quiero

Si miro el horizonte, pienso. Si miramos el horizonte, prometemos. Ojalá los mil y un pensamientos que vuelan en nuestras cabecitas se realizen, los sueños que juntos construimos y adornamos, que no se acabe, que siga. Me siento en una nube, estoy en el cielo...y eso que falta lo más emocionante.

viernes, 29 de enero de 2010

Tan cerca que asusta


Siempre soñé con el amor. Si bien, nunca lo experimenté como me hubiese gustado, solía idear imaginariamente como sería eso. Por tiempos, pensé que no servía para eso, otras veces, que jamás encontraría alguien que se adaptara a mí, y no sólo eso, que me entregara y quisiera como hoy sé que lo merezco.

Sufrí por eso que creí era amor; derramé miles de lágrimas, lloré tantas veces que ya ni las recuerdo. Juré que tenía la perfección frente a mis ojos, pero me equivoqué. La verdad, no sé si era tan así, ahora que lo pienso detenidamente, quizás fui yo misma quien se encargo de construir esa errónea imagen, quizás, quise creer eso, aunque no fuese así. Encerré un concepto en mi cabeza, aún cuando el mundo decía lo contrario. Quise seguir mi intuición. Entregue mi corazón al vacío, pensaba que respondía... pero, no era más que el eco de mi voz y de mis pensamientos.

Mi orgullo en el suelo, denigrante, pero ingenua. Recuerdos latentes, están en mi segunda piel. Aunque ya todo eso es pasado, el pasado incide en el presente. Hablar, entregar, actuar... todo ello no es por doquier, se controla y maneja, casi involuntariamente. Aún así, hay momentos que la voluntad es inconciencia, y la conciencia involuntad. Me agrada. Me gusta. Vivir sin pensar, es como entregar y sonreír. Fueron tantas las horas que malgasté, tanto tiempo para cranear la mejor estrategia. Nerviosa, ansiosa, impregnada de la más falsa ilusión. Me sostuve de invisibles, caminé para entrar en su mundo, busqué, investigué, me adentré lo más que pude. Ahora, sentimientos encontrados, no sé si es pena o ternura. Bonita. Pequeña. Hasta dulce. Sorprende, pero así fue.

Pues bien, ahora mis días no tienen ese aroma. Frescura fascinante; felicidad. Lo quiero, lo tengo. Yo misma, sin límites. Encantada, conozco algo inexistente. Encantada, quiero seguir así. Encantada, quiero vida. Y esa vida, es amor. Debilidad...placer. Placer es bienestar que lleva a la felicidad. Quiero ser yo, simplemente, yo. No todo puede ser como se quisiera, aunque haré el intento. Prometo seguir hasta cansarme, gracias. Sólo necesitaba un empujoncito... gracias. Lo quiero, lo cuidaré, es mío.

lunes, 18 de enero de 2010

Piñera, ¿ícono masculino?

Como es de público conocimiento, Sebastián Piñera-candidato de Coalición por el Cambio- es el nuevo presidente de Chile, según lo decidió la amplia mayoría, en el balotaje efectuado el pasado domingo 17 de enero. Para bien o para mal, el economista tomará el control del ejecutivo a partir del próximo 11 de marzo de 2010, como sucesor al gobierno de Michelle Bachelet.
Pues bien, quienes hasta ahora integraban o simpatizaban con el oficialismo, pasarán a ser parte de la oposición, situación desconocida para las jóvenes generaciones que crecieron en un país reinado por los sectores izquierdistas.
Cuatro consecutivos gobiernos de la Concertación, luego del retorno a la democracia nacional en 1991. Algunos creen que será difícil ver cambios reales en sólo 4 años de mandato, otros creen que Piñera a la cabeza convertirá al país en una verdadera empresa velando sólo por intereses comerciales, otros creen que la política concertacionista imperante estaba desgastada, por lo que la alternancia en el poder fue necesario, pero hay otras que creen que el empresario es realmente un ícono masculino. Sorprendente, pero cierto. Días atrás, escuché una conversación de pasillo que decía más o menos así:

- ¿Por quién vas a votar?
- Mmmm, mira, no sé... los políticos son todos corruptos
- ¡¿No te gusta ninguno?!
- ¿A qué sentido te refieres?
- A todos. Fíjate que a mí me encanta Sebastián Piñera.. tiene su edad, es maduro, inteligente, y muy guapo
- Tiene lo suyo, me gusta, se viste bien y habla bonito
-¿Cierto? Frei es tan feito, por eso votaré por Piñera, tienes cosas que me convencen
¿Tiene cosas que me convencen? ¿precisamente, a qué se referiría esta señora X? Interesante. Jamás había escuchado tal apreciación, aunque definitivamente, no me sorprende. Parece que a algunas les quedó gustando su sexy dedo pulgar con el que saluda, sus camisas Polo, y sus corbatas exclusivas. Tranquila, Cecy, si tú lo tienes domado por 36 años, no creo que vaya a encadilarse con las luces ni a protagonizar imagenes tan increíbles como Berlusconi, aunque yo no pongo las manos al fuego por nadie, fíjese. Si para señoras cincuentonas, Piñera es todo un ícono masculino, yo me preguntó... ¿ y qué será para las modelos faranduleras su hermanito, Miguel "Negro" Piñera?... ¡Next!

domingo, 17 de enero de 2010

A mí me ha pasado


La verdad, no sé si es una obsesión o un maldito placer, pero debo admitir que me encanta recordar, aún cuando el resultado no siempre favorezca. Esto quiere decir, que por más que los recuerdos sean horrorosos disfruto recordarlos, revivirlos, rememorarlos.

Y no es que sea masoquista, sino que me agrada utilizar la memoria para cuestionar porqué dije o no dije algo, porqué actué de esa manera, porqué me limité a sonreír, porqué me enojé, porqué interpreté eso; el porqué de los porquéses. De cómicos a vergonzosos, de unos dramáticos a otros más malvados. No puedo quejarme, finalmente, todos mis episodios tienen un tinte divertido a pesar que en el momento que sucedieron no me parecía que todos que así fueron.

Niñez empapada en ingenuidad que un día me caracterizó, espectante adolescencia; camino a la madurez. A ver, porque si de algo estoy segura, es que los errores que cometí, no los cuento más de una vez. Acepto que soy torpe, pero nunca tan tonta como para tropezar con la misma piedra, sería una actitud ilógica, aunque si hablamos de lógica, no creo que precisamente estaría escribiendo esto.

No quiero vivir de lo que sucedió, quiero vivir de lo que sucede. Entonces, debo pensar que esa obsesión-placer debería desaparecer, para vivir sin ataduras. No se puede vivir de recuerdos, pero... ¿yo podría así...como se dice, quizás... si que es que pudiera, tal vez... un poco, algo... si se dá, en ocasiones... así como... por ejemplo...revisar mi cajita de los recuerdos? Juro que sólo será una vez... a la semana, claro.