sábado, 20 de febrero de 2010

Un más con medida

Si pretendo querer todo, soy inmadura.

Es por ignorancia o por querer entregar con límites, pero no tengo las palabras precisas para describir de manera adecuada. Como si mis ojos nunca hubiesen observado tales situaciones, nunca había estado frente a esto, a este algo que conmueve, me agrada, fascina y también, atrapa. Prejuiciosamente, suelo criticar sin fundamentos; me dejo llevar por la intuición o por la experiencia ajena, ella que he incorporado tanto como mía. Se me olvidó lo que no gustó, aunque recuerdo bien esa perfecta sensación para caminar insegura.

No me gusta

Si odio algo, son los recuerdos. No me agrada repasar por mi cabeza tantas desilusiones que no hacen más que tambalear. Sé que no es tan así, lucho por eso. La verdad, soy libre...y feliz. Parece haber encontrado a ese alguien que me llena, que consume todo de mí, que valora y por sobre todo, quiere. Jamás había escuchado esas diarias hermosas palabras, esas que si las repiten, emocionan. Esas que pueden ser una, y es lo mejor. Esas que no se entregan a lo primero que pase por delante. Esas verdaderas, que cree y confío de ellas.

Quiero

Si miro el horizonte, pienso. Si miramos el horizonte, prometemos. Ojalá los mil y un pensamientos que vuelan en nuestras cabecitas se realizen, los sueños que juntos construimos y adornamos, que no se acabe, que siga. Me siento en una nube, estoy en el cielo...y eso que falta lo más emocionante.