Siempre soñé con el amor. Si bien, nunca lo experimenté como me hubiese gustado, solía idear imaginariamente como sería eso. Por tiempos, pensé que no servía para eso, otras veces, que jamás encontraría alguien que se adaptara a mí, y no sólo eso, que me entregara y quisiera como hoy sé que lo merezco.
Sufrí por eso que creí era amor; derramé miles de lágrimas, lloré tantas veces que ya ni las recuerdo. Juré que tenía la perfección frente a mis ojos, pero me equivoqué. La verdad, no sé si era tan así, ahora que lo pienso detenidamente, quizás fui yo misma quien se encargo de construir esa errónea imagen, quizás, quise creer eso, aunque no fuese así. Encerré un concepto en mi cabeza, aún cuando el mundo decía lo contrario. Quise seguir mi intuición. Entregue mi corazón al vacío, pensaba que respondía... pero, no era más que el eco de mi voz y de mis pensamientos.
Mi orgullo en el suelo, denigrante, pero ingenua. Recuerdos latentes, están en mi segunda piel. Aunque ya todo eso es pasado, el pasado incide en el presente. Hablar, entregar, actuar... todo ello no es por doquier, se controla y maneja, casi involuntariamente. Aún así, hay momentos que la voluntad es inconciencia, y la conciencia involuntad. Me agrada. Me gusta. Vivir sin pensar, es como entregar y sonreír. Fueron tantas las horas que malgasté, tanto tiempo para cranear la mejor estrategia. Nerviosa, ansiosa, impregnada de la más falsa ilusión. Me sostuve de invisibles, caminé para entrar en su mundo, busqué, investigué, me adentré lo más que pude. Ahora, sentimientos encontrados, no sé si es pena o ternura. Bonita. Pequeña. Hasta dulce. Sorprende, pero así fue.
Pues bien, ahora mis días no tienen ese aroma. Frescura fascinante; felicidad. Lo quiero, lo tengo. Yo misma, sin límites. Encantada, conozco algo inexistente. Encantada, quiero seguir así. Encantada, quiero vida. Y esa vida, es amor. Debilidad...placer. Placer es bienestar que lleva a la felicidad. Quiero ser yo, simplemente, yo. No todo puede ser como se quisiera, aunque haré el intento. Prometo seguir hasta cansarme, gracias. Sólo necesitaba un empujoncito... gracias. Lo quiero, lo cuidaré, es mío.