Así, como la mayoría de los hombres se reunen de manera casi sagrada semana tras semana con sus amigos más cercanos, nosotras, por supuesto, no quedamos atrás, y también lo hacemos. Sí, formamos nuestro único y querido "Club de Lulú". Porque luego de una agotadora semana sin descanso, nada mejor que un panorama, y más aún, con tus compinches del mismo género.
Entre palabras y extensas conversaciones lo pasamos tan bien, obviamente, "analizando" cada uno de nuestros acontecimientos, vivencias, y anécdotas. A modo de paréntesis, ese "analizar" no vaya a pensar que es sinónimo de ese "pelar" que todos bien conocemos, no lo piense... ni se le pase por la cabeza. Sigo entonces, cada vez que nos reunimos liberamos todo aquello que llevamos guardado, expresamos lo que otras veces no nos atrevemos a decir, nos reimos incluso de nuestros propios asuntos, y podemos cambiar drásticamente de ánimo; un momento podemos sensibilizarnos tanto como para llorar, y al otro momento tanto como para llorar y explotar de risa.
Solidaridad femenina al máximo, comprensión sin limites, consejos por doquier, y unión femenina. Por eso, si usted se considera o cree pertencer a un "Club de Lulú, consérvelo y haga de él un tesoro... serán quienes estarán hasta siempre, por siempre, y para siempre. Créame.